Hay días que la montaña te pone en tu sitio; incluso montañas de perfil amable, que no parece que tengan dificultades altas; pero si la montaña no está por la labor y decide que no pasas, ella manda.
El Gorbea nunca me ha gustado en exceso: sólo lo he visitado dos veces. Generalmente siempre tiendo ir a lugares cercanos como Duranguesado o sierra de Aizkorri, cuyas cumbres rocosas me gustan mucho más. Una forma diferentes podía ser con nieve, y llevo ya varios años con la idea de hacer una invernal a este monte. Tras las últimas nevadas y con el buen día que anunciaban para este sábado la oportunidad era clara, así que me platée una ruta diferente a la tradicional de Pagomakurre, y de internet saqué la que partía de Saldropo, y remontaba a través del paso de Atxuri, para luego ascender al collado de Aldamiñospe entre Gorbea y Aldamin, y de ahí, atacar primero Aldamin (que todavía no he hecho) y Gorbea si el tiempo me lo permitía.
Así a las 9:30 estoy preparado en el puerto de Barazar. Debido a la nevada, la pista hasta Saldropo (entre 3 y 4 kms) está helada, y no me atrevo a subir con el coche, porque aun no he comprado las cadenas. Asi que a andar hasta el teórico inicio, lo cual me cuesta media hora (más otra media hora en la bajada, una horita).
Saldropo es un area recreativa, con barbakoas: un lugar interesante para venir con la family. Hoy está totalmente nevado, como los están los montes a los que me dirijo:
Se continúa por pista, hasta llegar a un puente de madera sobre un riachuelo.
El agua es un espejo helado de la nevada
Después la pista va serpenteando; hay algunas marcas rojas, pero lo mejor (por lo menos con nieve) seguir la evidente marca de camino, que nos mete una y otra vez por el bosque.
Así hasta un cartel indicador, donde empieza lo más duro de esta primera parte. La pista va dando vueltas y revueltas, pero hay un senderillo que con la nieve es sumamente fácil y bonito de seguir. La subida por este senderillo nevado, rodeado de árboles y vegetación, totalmente nevado, es de lo más bonito de la excursión
Continúo por el sendero, ganando rápidamente altura, hasta que poco antes de llegar a lo alto del mismo, la vegetación se abre y nos permite esta espectacular vista del macizo de Anboto
Otra foto del valle nevado, en este caso hacia sierra de Aramotz
Y otra más del valle
En seguida alcanzo el paso de Atxuri, bajo la cima del mismo nombre. El paso es espectacular, con la roca haciendo un voladizo sobre el mismo, y un profundo barranco a la derecha. Pese a la caída, es muy fácil por la gran anchura: incluso con nieve se pasa sin problemas. Aquí se ve el paso con el Lekanda al fondo:
Y una vez pasado, mirando hacia el otro lado (Anboto de fondo):
Luego viene un empinado sendero que remonta hacia una especie de meseta superior, totalmente blanca. Desde aquí mágníficas vistas de los objetivos del día: Gorbeia y Aldamin, y en un ambiente totalmente invernal.
Ya desde que llego aquí el viento empieza a molestar, y me tengo que abrigar un poco más. Se ve la ventisca a la lejos en la cresta de Gorbeia y Aldamin. Pronto ha empezado el sur que estaba anunciado para hoy. De todas formas, el día es tan bueno, que no le doy gran importancia.
Se continúa por la meseta por camino evidente (con la nieve y habiendo huella es muy fácil; no sé si será tan evidente en verano). De todas formas el objetivo es claro, conseguir pasar hacia el canal que separa las dos grandes montañas. Se va pasando por una serie de refugios, todo ello cada vez con más nieve, y por desgracia con más viento.
Una vez que llegamos al inicio de la subida hacia el collado el viento se hace más que molesto, además trae la nieve polvo. La sensación de frío aumenta considerablemente, aunque no me importa porque he venido bien preparado. Continúo subiendo, y el viento no sólo molesta para avanzar, sino que ha borrado la huella, de forma que voy tirando muy directo. Lo que antes era hundirse unos 10 ó 15 cms, ahora es hacerlo por encima de la rodilla.
Poco a poco el ir abriendo huella me va pasando factura. Además, la ventisca que se ha levantado ya es considerable, la visibilidad escasa, lo cual no me deja ver el mejor camino. La ventisca en este punto me entra de frente, hacia atrás veo bien, pero hacia delante tengo que intuir por donde es el mejor paso.
Así durante un buen rato. Me empiezo a pensar la posibilidad de darme la vuelta. Hasta que entro en el canal o vallecito que da paso al collado de Aldamiñospe, y allí el viento casi me tira. Parece mentira que el viento tenga semajante fuerza, como para hacer perder el equilibrio a una persona de más de 90 kilos de peso, pero así fue. Y más adelante, literalmente no me dejaba dar un paso hacia arriba.
En esta tesitura, y después de meterme en un ventisquero con la nieve por encima de la cintura, del cual me costó bastante salir, y mirando hacia donde debe estar el Gorbeia, que lanza toda su furia sobre mi, tomo la decisión probablemente más acertada (aunque más dolorosa): volverme sobre mis pasos.
La bajada tampoco es un camino de rositas, y sufro bastante, con nieve hasta la cintura en muchos tramos. Cuando alcanzo el final del canal, veo una pequeña cima a menos de 50 mts con buzón. Debe ser Dulau, y decido hacerla, por lo menos para resarcirme de mi fracaso. El viento era tan fuerte, que no me atreví a llegar sino arrastrándome al buzón, por miedo a que me pudiese tirar por el barranco. Inmediatamente vuelvo sobre mis pasos, ya para ponerme en dirección a los refugios. Antes de llegar a los mismos, paso por una ¿cima? con una curiosa construcción, pero el viento soplaba tan fuerte que tampoco pude sacar la cámara.
Un poco cansado y desalentado vuelvo por la meseta hasta la entrada hacia la vertiente norte y el paso de Atxuri, no sin antes avanzar unos 200 mts hasta la cima del mismo nombre (de esta forma no pude completar mis dos objetivos principales, pero al menos hice dos cumbres secundarias).
Pongo una foto del aspecto de la ventisca, pero no da una idea de lo que era estar allí metido. Esta foto está sacado de muy abajo, el viento molestaba, pero no era lo que me encontré arriba, donde ni me atreví a sacar en ningún momento la cámara
La foto está aproximadamente desde el collado de Arimekorta. Desde aquí también, el Lekanda luce espléndido:
En cuanto paso a la vertiente norte, el viento amaina, y el silencio vuelve a dominarlo todo. La bajada por el mismo camino la disfruto bastante más que el descenso que he hecho anteriormente con el viento azotándome sin piedad.
Desde el paso de Atxuri saco esta bonita imagen del perfil de la dama de Anboto.
Y desde el mismo sitio, Lekanda:
Me he quedado con las ganas de completar la invernal al Gorbeia (y de coronar Aldamin), pero ahí seguirán hasta que un día estén por la labor de dejar acercarme a sus cumbres cubiertas de nieve. Mientras tanto, una experiencia más de lo que puede ser el viento incluso en estas modestas alturas (me volví a unos 1200 mts), que la verdad me sorprendió. Nunca había estado en una igual, en la cual el viento no me dejaba avanzar; quizás si no hubiera habido ventisca, pero es que la ventisca lo que hacía era molestar, pero la propia fuerza del viento era lo que no me dejaba avanzar.
De todas formas el día ha merecido la pena, sólo por la experiencia, y la belleza del panorama nevado, tan raro de contemplar en Euskadi.
Las fotos del bosque parecen de Suecia o Noruega. El Amboto muy chulo se ve.
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