Todos aquellos que hayan ido desde Vizcaya al valle de Mena, se habrán fijado en algún momento en una imponente y alargada barrera rocosa que se eleva sobre una empinada ladera. En su vértice, unas características antenas, y desgajándose de la misma, una aguja rocosa a forma de diente. Son el Castro Grande y el Diente del Ahorcado. El Castro Grande, máxima altura de la sierra de Carbonilla, eslabón que enlaza las sierras de la Demanda y de la Peña (también conocida como sierra de la Magdalena), y que da continuidad a un conjunto geográfico de frontera. Es el límite de los valles cantábricos. Detrás de esa barrera rocosa, se abren los páramos de la meseta castellana.
Cuantas veces de crío, recorriendo estas carreteras, me imaginaba esa frontera, y soñaba con historias de contrabandistas y bandidos que traspasaban la frontera natural por pasos imposibles. Pasos, aquí conocidos como portillos, de los cuales he recorrido unos cuantos en la Salbada, y aunque menos, también en la Peña. Pero nunca me había adentrado en la Carbonilla.
La sierra de la Carbonilla se extiende siguiendo un eje norte-sur, entre el puerto de Angulo, al sur, que la separa de Sierra Salbada, y el alto del portillo, que la separa de los montes de la Peña. Podría considerarse a estas 3 sierras como un conjunto con similitudes morfológicas, abruptas murallas de roca que caen a pico hacia la vertiente cantábrica (norte en Salbada y la Peña, este en la Carbonilla), y relieve amesetado al sur (oeste en la Carbonilla). Precisamente en la máxima altura de la sierra, que hoy voy a visitar, es donde cambia la dirección del eje, cogiendo de nuevo la dirección oeste-este, para entroncar con los montes de la peña en el curiosísimo alto del portillo.
Salgo tarde para hacer esta ruta, y no llego hasta las 9:30 a Cilieza. Una aventura al llegar a esta aldea del valle de Mena, porque me encuentro con la sorpresa que desde Covides, no hay carretera asfaltada, sino es un camino rural de piedrilla. En este rústico enclave, hacia el sur, ya diviso la muralla de roca. Un camino parte hacia el sur, hacia la peña
Según venía ha chispeado, y aunque ahora no llueve, el día está bastante cerrado, y hay tormentas anunciadas, aunque para la tarde.
Dejo Cilieza. El valle de Mena es el único valle cantábrico de Burgos. Precisamente estos montes son divisoria de aguas. En el valle de Mena nace el Cadagua, que acaba desembocando en el Nerbion y en el Cantábrico.
Pastos verdes y construcciones más típicamente vascas que castellanas.
El camino se acaba convirtiendo en sendero, y unas vacas se encuentran bloqueando el paso. ¿Serán amistosas? Cuando me acerco abandonan apresuradamente el camino hacia los pastos cercanos.
Parece que quiere despejar. A ver si tengo suerte y no me llueve. En primer término la peña de la Complacera. Un poco más lejos, las nubes empiezan a dejar ver la silueta del 3 dedos.
Mirada atrás
La primavera (bueno ya casi verano, aunque aquí primavera lo que se dice primavera poca hemos tenido), tiñe los árboles con flores.
Salgo a este prado y el camino aparentemente acaba. Ojo. Hay que encontrar el camino. Ya he tenido malas experiencias por perderlo en estas montañas. Entre los dos árboles con flores blancas del centro de la foto, hay un cartel semicaido. La entrada del sendero está ahi. También se puede ir por la derecha, pero es algo más confuso (a la bajada, cogí esa variante, pero de subida no se ve tan claro).
El sendero se adentra en el bosque.
Rocas caidas de algún derrumbe
En algún tramo el bosque se abre
El camino continúa hasta salir del bosque.
A la salida me encuentro con estas dos peñas. En primer término el Alto del Portillo, aparentemente inexpugnable. Más alla, la peña de la Complacera.
El portillo. No sé por donde se podrá pasar, pero sencillo no parece.
Y este no veo por donde meterle mano
Quizás al finalizar esa rampa herbosa, parece haber una chimenea vertical, pero practicable. Luego pude comprobar que el patio era brutal. Impensable subir por esta cara.
Y sobre mi cabeza las caidas del Castro Grande.
Cuando parece que el camino no lleva a ninguna parte....
Ahí aparece, una profunda hendidura en la pared.
El túnel de la Complacera, una obra de ingeniería de 66 mts de longitud que permite el paso y la comunicación entre el valle de Mena, y el valle de Losa. Cuantos comerciantes habrán pasado por aquí, cargados con sus mercancías. Y cuantos contrabandistas, amparados en la impunidad de la noche habrán evitado el pago de aduanas. Aunque quizás este no fuera el mejor camino, porque estaría más controlado. Recuerdo las sensaciones en la Xenda Beltza del Tologorri, cerca de aquí.
Al otro lado del túnel, ahora en territorio losino.
Cartel con el alto del portillo como fondo. Sigue pareciendo inexpugnable.
Una pista de servicio para las antenas, permite alcanzar el Castro Grande sin problemas. Pero la cabra siempre tira al monte, y decido subir por esta amplia cresta herbosa, buscando alguna de las abundantes canales que sea practicable para asaltar a la meseta cimera de la montaña.
Miro atrás y sigo sin ver por donde meter mano al alto del Portillo. Pero bueno, lo dejo para la vuelta.
La amplia cresta (hay trazas de varios senderos) me deja en la base de la muralla.
Desde aquí ya veo por donde se puede lanzar un ataque fácil al alto del Portillo. Sólo hay que flanquear la muralla de roca por el sur, hasta el punto en el que ceda.
Y mientras llego a la canal que va a permitir subir a la meseta cimera. Una trepada elemental me deja en lo alto.
La canal desde arriba. Muy fácil.
Esoty en la meseta cimera. Puedo avanzar directo, pero el lapiaz es incómodo (aunque este es relativamente sencillo), o puedo buscar el filo. Finalmente avanzo hacia el filo del cortado, y por allí el camino sin estar marcado, sí que es más cómodo.
Y más espectacular
Mucho más
CASTRO GRANDE (1.094 MTS).
¿Y que es eso que asoma a mis pies?
El Diente del Ahorcado, esa magnífica aguja de roca que siempre he visto desde abajo.... Como cambia la perspectiva....
Buzón en la cima del Diente. Subir a esta montaña requiere equipamiento y técnicas de escalada. Hoy por hoy, fuera de mi alcance.
Después de un rato en la cima sacando fotos, y comiendo algo, vuelvo para abajo, en esta ocasión por la pista de mantenimiento.
Que bien se ve desde aquí el 3 Dedos.
bajada hacia el túnel
Ya he decido que voy a intentar el alto del portillo. Ahora voy a coger la cresta herbosa hacia el lado contrario de Castro Grande. Los cortados al a derecha (norte) son la ostia.
Castro Grande
Aquí la muralla del alto del Portillo ya ha vencido.
ALTO DEL PORTILLO (1.018 MTS)
Bajo por el mismo camino, y de nuevo cruzo el túnel. Caulquier otra posibilidad para cambiar de vertiente es impracticable y muy peligrosa.
Sendero bajando hacia Cilieza.
Algunas fotos del sendero a la bajada.
Prados antes de llegar a Cilieza.
Ultimas fotos del Castro Grande
De vuelta en Cilieza. Me ha llevado 3 horas y media.
Tramo de la Sierra de la Mgdalena. A la derecha destaca el Peñalba de Lerdano, no el más alto, pero sí el más significativo de la misma.
Ruta corta, pero con algunos puntos delicados. Si se sigue el camino hasta el túnel, no de debiera haber problema. Pero un habitante, con el que estuve hablando, me contó algunos percances con personas que no dieron con el sendero y acabaron extraviados en el bosque, y en algunos enriscándose al intentar salir. Yo mismo en mi segundo intento al Peñalba de Lerdano, perdí el sendero y acabe pasandolo mal para conseguir salir del bosque, porque constantemente me encontraba con tramos de cortado, al no ser capaz de recordar exactamente el camino que había seguido.
Una vez pasado el túnel, para ir al castro Grande no hay más que seguir la pista. Yo me fui por la amplia cresta de hierba, buscando la muralla. Via varias opciones, yo me decanté seguramente por la más fácil, una canal donde hay que hacer una trepada elemental, prácticamente sin apoyar las manos, que me dejó en la meseta cimera. Esta meseta es un amplio lapiaz con el perfil habitual. Sin camino definido, hay que prestar atención, y tener cierta intuición para moverse en este tipo de terreno. Pero es un karst sencillo. Lo mejor acercarse al cortado del norte, y seguirlo con cuidado. Además mucho más espectacular. La pista de mantenimiento la usé para bajar.
El Alto del Portillo se ataca muy fácil flanqueando por sendero hacia la cara sur. En cuanto vence la muralla de roca de la derecha, se gana la cima sin dificultad por cualquiera de los senderos, bastante difuminados, que aparecen.
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