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martes, 18 de julio de 2017

SUIZA DIA 2: MONTE PILATUS Y LUZERNA

Primer día de viaje. Hoy tenía la intención de hacer dos excursiones que nos salen gratis con el STP (el pase de trenes para 15 días): Monte Pilatus y Monte Rigi. Tuvimos que cambiar los planes sobre la marcha (una constante en todo el viaje, y es que las cosas no salen siempre como lo planifico, pero la cosa es aprovechar y disfrutar el tiempo).

Madrugamos y cogemos el bus a Luzerna. Luce diferente al atardecer de ayer





Y directos al embarcadero (En Suiza siempre el embarcadero está muy cerca o al lado de la estación de tren, que es una especie de centro comercial, con tiendas, restaurantes, supermercados, por cierto, estos con horario mucho más amplio que el resto de supermercados).


Montamos en uno de los muchos barcos que salen desde Luzerna, ya que está junto al lago de los 4 cantones, un gran lago, que hoy solo recorreremos parcialmente.



La verdad que viajar en Suiza es una gozada. Casi siempre todos los medios de transoporte salen a la hora. Lo tienen todo perfectamente planificado. Ah, el barco también entraba en nuestro pase STP.


Este no era el nuestro, pero supongo que si hubiese terciado también lo hubiesemos podido coger. Detras, el monte Pilatus.


Otra de pose.


Navegando por el lago de los 4 cantones.



Hasta allí arriba vamos a subir. Me hubiera gustado hacerlo andando, pero viniendo en familia, estas cosas como que no. Que estamos de vacaciones.


zoom sobre Luzerna.



Desde el barco, preciosas imagenes. Esto es Suiza.



Llegando a Hergiswill. El Pilatus va cambiando de perspectiva.



Saliendo de Hergiswill, donde hicimos una parada, para pasar al lago de Alpnachstad



El barco, grande, cómodo. Podiamos elegir dentro o fuero. Eso sí, en segunda clase, que fue el tipo de billete STP que saqué (no creo que merezca la pena sacar el de primera, la verdad).


Llegamos a Alpnachstad, en hora, como es normal, y tras andar unos 50 metros, la estación del tren de cremallera que nos subirá al Monte Pilatus. Este es el tren con mayor pendiente del mudno (al menos así lo anuncian). En algún tramo al 45%. El vagón parecía más de un funicular, pero no, era un tren de cremallera.


Dentro del vagón. Esperamos una mínima cola, y enseguida pudimos montar. Y eso que subía gente.


Las vías del tren. Y la pendiente que salva.


Parada intermedia en Aemsigen. Era curioso que parase el tren a priori en mitad de ninguna parte. Pero aquí se bajaban excursionistas, que iban a hacer alguna ruta. Y también subió algún pasajero, que supongo vendría de ruta hasta aquí, para luego acabar de subir en tren.


Estación del monte Pilatus.


Vistas. Luego cogeríamos el teleférico que se ve, y que baja a Kriens.


A nuestros pies, la capilla de Kliemsen y Klimsenhorn con su cruz. Me quedé con ganas, con muchas ganas de bajar hasta allí.


Aquí se ve por donde va el camino de bajada. Pelín escabroso para Eva y Danel.


Por toda la cima del Pilatus hay una serie de caminos que permiten recorrer las diferentes puntas de la montaña.


Y contemplar unas vistas que quitan el hipo.


El anterior era una perspectiva hacia el NW. A continuación el valle al SE, por donde sube el tren. SE ven los diferentes caminos en zetas. Al fondo, si el día hubise sido más claro, se hubisen podido ver los Alpes del oberland Bernés.


La capilla de Kliemsen, ubicada estratégicamente junsto al cortado.


Y la cruz de Kliemsenhorn.


El conjunto. Evocador. Por decir poco.


Bajamos por unas escaleras hacia la cara norte. Pero Eva tiene vértigo y no quiso seguir. Ese caminito colgado rodeaba por el norte hasta el centro del complejo.


La escalera.


Lo más espectacular, las vistas sobre el lago de los 4 cantones.


La panorámica, con la cima principal del Pilatus a la derecha.



Danel en la cruz de la cima central. No era la más alta.


Monte Rigi. El "otro" monte de Luzerna, al cual también se puede subir en tren.


Vista hacia el este


Allí están nuestros apartamentos, junto al estadio de futbol. Era un barrio bastante nuevo.



Y por fin subimos a la cima principal (la más oriental).



Enfrente nuestro, hacia el sur, el Matthorn. Al fondo, parece que quieren aparecer los picos nevados de los Alpes.





Bajamos de la cima, y justo estaban tocando los cuernos alpinos (salían cada media hora o así, e inundaban todo el entorno con su sonido. Quedaba muy auténtico).


Y justo después se puso a llover. Llevaba un buen rato amenazando. Y la verdad es que arriba hacía frío. No extremo, pero desde luego era necesario alguna prenda de abrigo. Aprovechamos para entrar en el complejo, y verlo un poco. Tiendas de souvenirs (carísimas, como todo en este país), cafetería (también carísima, claro), y un mirador acristalado. Bueno. Nos conformamos con las vistas.

Luego cogimos el teleférico que bajaba hasta Frakmuntegg, parada obligada. Aquí había un complejo con un parque de aventura y un tobogán muy largo. Se bajaba en una especie de bobsleigh. Pero como llovía, aunque no mucho, no pudimos bajar por él.



Musica junto a la estación.


Telefércio de Frakmuntegg a monte Pilatus, ahora cubierta su cima por las nubes.


Y desde aquí, un telecabina bajaba hasta Kriens. Hacía una parada intermedia en Krienseregg, donde se podía parar, pero visto que no hacía un día muy bueno, continuamos hasta la pequeña población de Kriens.

Desde la estación bajamos hasta el centro del pueblo callejeando (todo perfectamente señalizado).
La iglesia católica de St. Gallus:


Construcción típica de Suiza, totalmente en madera. Me tuve que acercar y tocarla, porque no podía hacerme a la idea que todo ello era en madera, pero sí. Así era.


La iglesia, y al fondo, tras ella, aparece la cúspide de la cima del Pilatus.


Comimos en Kriens, en un restaurante junto a la estación de autobuses, unas hamburguesas con patatas fritas. En ese rato descargó con fuerza, y luego paró, aunque continuaba amenazando. Mi idea para este día era ir por la tarde al monte Rigi, también en barco y luego en tren, pero finalmente decidimos quedarnos en Luzerna.

Para ir a Luzerna cogimos el trolebus junto a la oficina de correos. De forma que en nuestro primer día en Suiza habiamos utilizado el autobús, el tren, el barco, el trolebus, telférico y telecabina.... ahí es nada.

En Luzerna, aunque yo seguía empeñado en querer ir al Rigi, me hicieron boicot, y democráticamente, la decisión fue quedarnos en Luzerna para continuar visitando la bonita ciudad.

El Hotel Monopol, edificio histórico, en la pilatusstrasse, junto a la estación central (bahnhof) de Luzerna.


Pero lo más interesante está al otro lado del río Reuss. Empezamos por la Kapellplatz


Callejeando por el inicio del casco antiguo.


El ayuntamiento, con su pintoresca torre. La vimos ayer desde el puente, y esta  mañana desde el barco.



Llegamos a la Weinmarkt, literalmente traducida como mercado del vino, aunque era una preciosa plaza, que se podría considerar como el centro de Luzerna.




Continuamos el paseo, y llegamos a Muhlenplatz, de la cual no tengo fotos, porque estaba en obras. Esta plaza se abre el Reuss, justo junto a una especie de complejo de diques, que resulta ser una antigua central hidroelectrica, lógicamente muy pequeña. Desde aquí muy bonitas vistas hacia la curva del río


El puente Reuss, y detrás destaca la iglesia de los jesuitas, en un conjunto precioso


Y río abajo, el otro puente de madera de la ciudad, bastante más corto, pero también encantador, el Spreuerbrucke. Detras el museo de historia natural, con esas pintorescas buhardillas, y dominando por encima el castillo Gutsch.



Los diques del complejo hidroelectrico.



El Speuerbrucke.


Dudas de que hacer ahora. Ha llovido intermitentemente, pero parece que no va a continuar. Finalmente subimos a la parte alta de la ciudad, a la muralla.


Vistas hacia el lago a medida que subimos.



Subiendo a la muralla.


Desde la torre del tiempo, vistas hacia el oeste.



Paseando por la muralla. La Zeitturm detrás de Danel.




Arco bajo la muralla. Después del recorrido volvimos a bajar a la cidudad, pensando en ver el que quizás sea el monumento más conocido de Luzerna, el Leon de Luzerna.


Callejeando.


Pero mira por donde no lo encontramos a la primera, y acabamos en la iglesia de st. Leodegar


Estos buscando algún recuerdo, y yo dandole a las fotos.





Foto de familia en la escalinata que sube a la iglesia.


Bueno, y seguimos buscando el león, que se estaba haciendo de rogar (parecía escondido, el muy cabrito). Pese a que había señales, no sé porqué, acabamos en un mirador después de atravesar un centro comercial. Misterios, mire usted.


Pero finalmente dimos con él. Pero si está moribundo el pobre. La escultura, realizada entre 1819 y 1821, se realizó en honor a 300 guardas suizos, que fueron masacrados en el asalto al palacío de las Tullerias durante la Revolución Francesa. Esta esculpido en la misma pared de arenisca que en su momento fue una cantera que proveía de roca a la ciudad para sus construcciones.



De vuelta a los muelles, el día seguía amenazando tormenta, pero la silueta del monte Rigi al fondo, hacía que yo siguiera rezongando porqué no habíamos ido.... al final esta fue una de las excursiones que no realizamos, pero el día estuvo muy bien.


Este día nos acostamos pronto, al día siguiente ibamos a madrugar. Iba consultando el tiempo, y visto que parecía que partir del jueves la cosa empeoraba, decidí ir a los Alpes de Interlaken mañana, así que tocaba madrugar bastante.

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