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martes, 10 de agosto de 2010

DANEL EN EL SERANTES

Hola amiguitos: soy Danel, tengo 3 años y casi un mes, y mi aita se ha empeñado en llevarme al monte aprovechando sus vacaciones.

Yo ya sé que aunque diga otra cosa, trabaja en el monte, así que por mi si quiere volver al trabajo en vacaciones...

Aita madruga mucho, cuando se va a trabajar, yo nunca le veo, porque estoy dormido. Hoy me ha despertado a las 9 y media para irnos de excursión. Bueno, mientras me prepare mi biby...

Así que a las 10 y cuarto ya estamos en marcha para el Serantes, que según me ha contado es el monte que pilla más cerca de casa, y además arriba tiene un "castillo".

La primera parte coincide con el camino de la escuela: ¿pretenderá llevarme al cole? aita, aita, que estoy de vacaciones...

Pero no, pasamos de largo, y al final llegamos a un bosque, done aita me da un palo, que dice es para andar mejor. No sé yo, no sé yo...



Aita me ha hecho el palo más corto. Bueno, para algo parece que valdrá



Hala, pues parece que podemos seguir



Por vaya perdrerita que me ha metido aita



Halaaa, pues si que es larga sí.



Bueno, pasito a pasito, ya hemos acabado la cuesta



Y ahora nos metemos por un camino bordeado de espinos.... bueno, y alguna flor de color azul




Aita, aita, que ya llevamos un rato subiendo, quiero agua



Uyyyyyyyyyy, que lejos está todavía el "castillo"



Vamos llaneando por un camino de piedritas. Y hay muuuuuuuchas vacas



Me lio con el palo este.... y el "castillo" parece que sigue igual de lejos



Subimos y subimos, y aunque aita dice que queda poco, le digo que paremos a descansar, porque mis piernas son más cortas que las suyas



Y después de dos horitas llegamos al "castillo", aunque es un castillo sin puerta; anda, y tampoco tiene techo; sólo le quedan las paredes



No veo yo muy claro que esto sea un "castillo", ¿me habrá engañado mi aita?



Bueno, por lo menos las vistas son bonitas. Se ve un río muy muy muy grande



Aita quiere bajar ya, pero yo he visto el castillo en lo alto y ya que estamos aquí, a ver si va a ser mejor que el castillo sin puertas. Entonces le digo que ni hablar, que vamos para arriba.
A mitad de la última cuesta, mis piernas, demasiado cortas, se empiezan a cansar. ¿Me querrá llevar aita en brazos? Me pide un último esfuerzo para llegar a la cima y al castillo.
Al final llego a la cima, donde hay un bonito avión que da vueltas. Que pena, que no me lo pueda llevar a casa de juguete.



Y aita que se le cae la baba, saca un extraño objeto de 3 patas que ha subido hasta aquí, pone la cámara y corre a sacarse una foto conmigo



Desde luego, a veces los mayores parecen unos niños....



Al final el castillo de arriba tampoco tiene puertas... bueno, las vistas son muy bonitas, y según aita el río grande se llama Abra, y el río pequeñito ría. Y me señala nuestra casa, pero la verdad que desde aquí a mi me parecen todas iguales. Lo bueno, que nos sentamos y nos comemos el queso que ha traido aita, que parece que está más bueno que en casa.

Y luego para abajo. A tramos me subo aupas de aita, pero otros los hago caminando para abajo. A mitad de camino hacemos el último descanso



Llegamos a casa justos para bañarnos y preparar la comida antes de que llegue ama, que está en el trabajo, aunque ella no trabaja en el monte como aita que está feliz porque he subido mi primer monte.

4 comentarios:

  1. Muy bien, Danel! El próximo un 3000, eh?

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  2. Y tanto que se le cae la baba al aita... Danel, dile a aita que tu camiseta no transpira como la suya y que tu calzado no te ofrece garantías en caso de torcedura.
    Muxu handi bat txapeldun!!!
    The Calvo family

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  3. Aupa Pisakampas o RCM, veo que no pierdes el tiempo con el crio, eh? Hay que ir entrenandolos desde pequeños para que no se tuerzan, y ya veo que no te ha ido mal el verano: Aneto, Posets, Perdiguero,... Enhorabuena.
    Zubi Pirineos3000

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  4. Aupa Zubi. La verdad que con todo lo que he hecho este año, y creo que esta ha sido la salida que más ilusión me ha hecho. Espero que el crío se vaya picando con esto de la montaña, que yo empecé con treinta y tantos y siempre me arrepentí de no haber empezado antes.

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